Cuando la pureza es una forma de vida

Rotundo y luminoso, impecable pero cálido, con un minimalismo inspirado en la historia, así define Guillaume Alan este delicado apartamento que ocupa las dos últimas plantas de un maravilloso edificio de principios del siglo XIX cerca del Trocadero, en el corazón de París.
Los propietarios son clientes del arquitecto desde hace años, que no quisieron perder la oportunidad de trabajar con él en un proyecto completo de arquitectura y diseño de interiores. “La pareja trabaja y viaja mucho, y siempre pasa el tiempo en lugares muy agradables de todo el mundo. Y en realidad el desafío era ese, sorprenderlos creando un ambiente sereno y tranquilo pero que cumpliese las altas expectativas de diseño y sofisticación que los hoteles y villas en los que están acostumbrados a alojarse”, aclara Alan.
-Texto extraído de Architectura Digest España por Matthew Donaldson.
Con cariño, casa bedu.