Dar Hi: Una utopía en el desierto
Una joya del diseño contemporáneo y un pueblo en sí mismo, el eco-retiro «DAR HI» es un lugar donde se olvidan las preocupaciones y la sensación de paz es tan fuerte como el calor primaveral tunecino, hundiéndose en el cuerpo y ralentizando la mente.
En la frontera del desierto del Sahara, este es el escenario perfecto para la tranquilidad y el paisaje, para el bienestar sin distracciones, y para «DAR HI»: una encantadora casa de huéspedes en la ciudad oasis tunecina de Nefta. Descansada en el lago salino seco Chott El Jerid, Nefta es una pequeña ciudad conocida principalmente como el hogar espiritual del sufismo.
«DAR HI es un hotel en un impresionante oasis en medio del desierto tunecino, un retiro con un enfoque minimalista y un espíritu meditativo», explica Patrick Elouarghi, uno de los visionarios y dueños del hotel. «La región de Nefta respira tranquilidad, reposo y aislamiento. Una espiritualidad surge del corazón de la ciudad. Hay una energía especial en esta región», comparte.
«DAR HI» es la encarnación del poder de la colaboración y el impulso de la innovación. Es el primer proyecto arquitectónico de la diseñadora industrial francesa Matali Crasset.
El hotel está diseñado intencionadamente como un pueblo que emerge de la arena; estructurado sobre pilares y rodeado por una pared exterior circundante, característica típica de la arquitectura tunecina local. Sus paredes están lavadas en un tono ocre-peachy apagado, diferenciando el sitio de los edificios vecinos de ladrillo. El lenguaje de diseño general combina una estética Bauhaus con un toque de modernismo californiano de los años 60. Intrigantes elementos de diseño de inspiración morisca del siglo XIX llenan los espacios, desde la enorme pared de la fachada principal y las pequeñas perforaciones simbólicas en las paredes de color arena, hasta las baldosas de loza en turquesa, azul y naranja en el baño de vapor. «Todos los espacios están pensados de manera única con gusto y originalidad», cuenta Elouarghi.
*Fotografías de Marina Denisova.
Con cariño, casa bedu.