La simplicidad pura de la casa Flat Rock en Australia
La primera impresión de House at Flat Rock no es una casa en absoluto, sino más bien un jardín con forma de pradera densamente plantado.
Al frente del sitio, se alza un grupo de olivos maduros y detrás, la presencia del Parque Nacional Conjola. Uniendo los dos, un estrecho camino empedrado de piedra atraviesa el borde de la pradera. Esta disposición define las cualidades más previsoras del contexto en el que se experimenta el edificio – una discreta serie de volúmenes encadenados a lo largo de tres bordes del emplazamiento.
«La intención era minimizar la superficie del suelo y maximizar el jardín, ya que un jardín es más fascinante que un edificio», explica Billy Maynard, el arquitecto. Es una intención que informa la paleta de materiales restringidos al ladrillo, acero y madera. Similar a los tonos y texturas de los arbustos, «en las horas de luz, la forma del edificio se define por sombras infinitamente variables sobre la superficie de ladrillo, un velo de mampostería», dice Billy.
Invirtiendo la noción de la casa suburbana -entrada en la parte delantera y patio en la parte trasera- el jardín se concibió como un centro inmóvil alrededor del cual orbita la casa.
Aquí, situado entre el prado del patio y el monte, se siente una inmersión en la naturaleza. La fenestración de proporción cinematográfica sitúa al ocupante entre el arbusto por un lado y el jardín por el otro, un arreglo que «responde a una noción romana de un mundo interior cultivado y un más allá inculto y salvaje», dice Billy.
*Fotos por Rory Gardiner
Con cariño, casa bedu.