La vibración de colores del jardín Majorelle en Marruecos

Esta es una verdadera obra de arte botánica, iniciada por Jaques Majorelle en los años 20 y perpetuada por Yves Sant Laurent y Pierre Berge.
La historia cuenta así…
Jacques Majorelle, hijo de un famoso diseñador de muebles, llega a Marruecos en 1917. Fascinado por la ciudad, se compra un terreno en el que en ese entonces eran palmerales a las afueras. Primero construye la residencia principal en un sobrio estilo marroquí.
Amante de los viajes y la botánica, Majorelle se dedica a traer las más diversas plantas de los 5 continentes. Cactus, palmeras, jazmines, agaves, daturas, bambúes y bugambilias comienzan a tomar el jardín y a crear una fantasía. Pocos años después, decide pintar su estudio art decó de un potente azul cobalto inspirado en África. Continuando su amor por los colores primarios, toma el amarillo , naranja y azul y le da color a muros, pérgolas y fuentes. Es con esta audaz idea que el lugar va tomando su original y definitiva presencia estética.
Debido a problemas económicos y al alto costo del mantenimiento, Majorelle decide abrir el jardín al público hacia 1947. Por esta razón, Yves Sant Laurent y Pierre Berge lo visitan en su primer viaje a Marruecos en 1966 y quedan encantados con su vibrante atractivo.
El amor de la pareja por este lugar fué inmediato. De este primer viaje volvieron a París con una casa comprada: Dar el Haanch. El diseñador y su pareja mantuvieron una relación ahí toda su vida. Toda la obra de Saint Laurent se vió imbuida de su acercamiento a oriente: «Siempre había un perfume marroquí en el aire. Parecía escapar de los dibujos que había hecho a la sombra de las palmeras».
Decidieron mantener el espacio abierto al público y convirtieron el estudio en un museo para exhibir su vasta e interestante colección bereber.
Al día de hoy, el lugar recibe miles de visitas. Pasear por sus jardínes es una experiencia sublime. Los pasillos de bambú llenos de sombras, los pájaros cantan, las flores de loto se abren y las fuentes refrescan. Y por sobre todo, ese color azul alucinante (hoy llamado azul Majorelle), que al contrastar con el verde de la vegetación produce un sentimiento sobrecogedor.
Gracias al gran Yves por dejarla cuidada y abierta para todo el que quiera empaparse del verdadero amor a la belleza.
Con cariño, casa bedu.