Las 3 ceremonias japonesas para vivir una slow living

“El verdadero cambio proviene de la contemplación”.
Byung Chul Han
Kodo ?
Es el arte de la apreciación del incienso en las diferentes maderas aromáticas, las koboku. Esta práctica consiste en acercar la mente al incienso y abrirla a un mundo misterioso de aromas.
Al ser un arte tradicional, conlleva un protocolo: el trabajo de la anfitriona se centra en preparar las cenizas, colocar un pedacito de koboku encima de la mica y pasar el quemador a los invitados.
Lo más importante es conseguir la temperatura correcta para que el aroma emane de forma correcta. Al terminar la ceremonia, se ha llenado la fragancia y “no solo la sala, sino también el corazón de los presentes».
Sado ?
Es el arte tradicional más conocido en todo el mundo: la ceremonia del té.
La ceremonia transcurre casi en completo silencio para agudizar los demás sentidos y los sonidos naturales también contribuyen a crear el ambiente.
El anfitrión recibe a los invitados en el jardín, los saluda sin decir nada y durante la ceremonia solo se pronuncian palabras clave. El único que puede hablar es el invitado principal. Una vez aprendido el sado, se puede asistir a un chaji, una compleja ceremonia que dura horas.
Ikebana ✾
Es el arte de arreglo floral que tiene su tradición zen en el que se usan flores, ramas y otros frutos sobre un kenzan (una pieza plana donde se sostienen las flores cortadas).
El ikebana se utiliza como técnica de relajación, meditación y deleite que se consigue durante el tiempo que uno dedica a este arreglo floral.
Este método es efectivo no solo para la gente con demencia sino también para mitigar el estrés y para los niños, ya que aumenta su autoestima porque las flores proporcionan un sentimiento de seguridad, esperanza y cariño.
Con cariño, casa bedu.